Dos personas que conviven se parecen a una
llave y una cerradura.
Entre tantas cerraduras, sólo pueden ser
abierta con esta llave y entre tantas llaves, sólo una puede entrar en esta
cerradura.
A veces la llave desaparece.
A veces la cerradura deja de funcionar.
Dos personas pueden convivir
como dos islas en un inmenso mar.
Cuando viene la tormenta son azotadas por
el mismo viento
y se tiñen del mismo rojo con la luz del
atardecer.
Pero las formas de esta dos islas son
diferentes,
cada una tiene su propio volcán, su
cascada, y su valle.
Dos personas se parecen a dos ventanas
que miran en la misma dirección.
A través de estas ventanas se puede ver el
mismo paisaje,
pero ambas muestran escenarios distintos.
Algunas parejas se parecen a dos relojes.
Marcan el paso del tiempo hombro con
hombro.
En ocasiones, un reloj va un paso más atrás
que el otro.
A este hay que ponerle atención especial.
En cambio el otro anda siempre puntual,
aunque a veces se queda sin baterías.
Otras parejas están siempre juntas,
como dos partes de un reloj de arena.
La arena de arriba se desliza y la parte de
abajo
la recibe. Y viceversa.
Algunas parejas son como dos muros que
sostienen el mismo techo.
Permanecen en lados opuestos, y aunque
quieran unirse nunca lo conseguirán.
Aun si lo desearan, es imposible que estas
dos paredes
lleguen a aproximarse.
Algunas parejas son inseparables
como una vela y su mástil.
La vela no puede hacer nada sin su mástil.
Pero si están juntos, aunque el viaje sea
largo
no habrá nada que temer.
Otras parejas están pegaditas como la flor
y el tallo.
La flor seduce a otro a con su belleza y su
aroma,
pero lo que mas necesita es su tallo
porque la nutre y la sostiene.
A veces, el camino de dos personas no
confluye,
como el día y la noche.
Cuando arriba el día, la noche se retira.
Llegada la noche, el día se desvanece.
Algunas parejas se parecen a dos árboles
distintos
que crecen uno junto al otro con las raíces
entrelazadas.
El pino es siempre verde y fuerte.
El manzano se debilita y pierde todas sus
hojas,
y renace nuevamente cuando llega la
primavera.
Dos personas de colores totalmente
diferentes
se encuentran y se unen.
Como cuando el amarillo cálido se junta con
el azul tan frío.
crean un tercer color, el color de la
pradera,
cálido y frío, todo a la vez.
Algunas parejas están conectadas como
las ruedas de una bicicleta.
Ambas se mueven en la misma dirección.
cuando una rueda se queda sin aire,
la otra no puede avanzar.
Dos personas son como las cubiertas de un
libro
de amor, que está fuertemente encuadernado.
Si las cubiertas sostienen bien el libro,
las páginas de esta historia no se
separarán.
Cuando dos personas están unidas
pueden hacer cualquier cosa.
Incluso a otra persona.
La convivencia entre dos personas,
puede ser muy difícil o muy fácil.
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