Zorro (por: Margaret Wild)

Por el bosque calcinado.

Sobre la ceniza caliente, corre un Perro con una Urraca sujetada en su boca grande y suave.

La lleva hasta su cueva cerca del rìo y allì trata de curar su ala chamuscada: perro Urraca no quiere su ayuda.

Nunca màs podré volar- susurra.

Lo sé dice perro.

Se queda en silencio un momento y luego agrega:

-Soy ciego de un ojo, pero la vida sigue siendo buena.

- Un ojo no es nada dice Urraca. ¿Cómo te sentirías si no pudieras correr?

Perro no responde.

Urraca arrastra su cuerpo hacia la sombra de las rocas, hasta que se siente desaparecer en la negrura.

Días, quizás una semana más tarde, despierta ahogada por una profunda pena. Perro está esperando.

La convence para que lo acompañe a la orilla del río.

-Súbete a mi lomo-le dice- Asómate al agua y dime qué ves.

Con un suspiro Urraca lo complace.

Reflejadas en el agua hay nubes y cielo y árboles...

y otra cosa.

-Veo una extraña criatura !

- Somos nosotros- dice Perro-

Ahora  ! sujetate bien ¡

Con Urraca aferrada a su lomo Perro corre entre los matorrales, atraviesa los eucaliptus,

deja atrás los manchones amarillos de flores, y se pierde en lo azul.

Corre tán rápido que parece que volara.

Urraca siente el viento deslizándose entre sus plumas y se contenta.

-Vuela, Perro, Vuela ! Yo seré tu ojo perdido y tú serás mis alas.

Y así corren, Perro con Urraca en su lomo, días tras día, todo el verano y todo el invierno.

Después de las lluvias, cuando los brotes verdean por todas las partes, un zorro entra  en los bosques.

Zorro, con sus ojos embrujados y su espléndido pelaje rojo.

Serpentea entre los árboles como lengua de fuego, y Urraca tiembla.

Pero Perro dice:

-Bienvenido. Te ofrecemos comida y albergue.

-Gracias- dice Zorro.

los vi correr esta mañana. Lucían extraordinarios.

Perro sonríe, pero Urraca retrocede.

Siente la mirada de Zorro clavada en su ala chamuscada.

En las noches, en el aire espeso de aromas, Perro y Urraca descansan en la boca de la cueva y

disfrutan conversando.

De vez en cuando, Zorro se une a la conversación, pero Urraca siente como la mira; Zorro allí, siempre mirándola.

Y de noche, su olor parece llenar la cueva con un olor a rabia, a envidia, y a soledad.

Urraca intenta revenir a Perro:

-Zorro no pertenece a ningún lugar. No ama a nadie.

Pero Perro dice:

-No te preocupes. Déjalo tranquilo.

Esa noche, mientras Perro duerme, Zorro le susurra a Urraca:

-Puedo correr mas rápido que Perro. más rápido que el viento.

Deja a Perro y ven conmigo.

Urraca le responde:

-Nunca dejaré a Perro. yo soy su ojo perdido y él es mis alas.

Zorro no dice nada mas, pero al día siguiente, mientras Perro está en el río le susurra a Urraca:

-¿Recuerdas cómo es volar? ¿Volar de verdad?

Urraca responde una vez más:

-Nunca dejaré a Perro. Yo soy su ojo perdido y él es mis alas.

Pero mas tarde, mientras Perro corre entre los matorrales con Urraca en su lomo, ella piensa:

"Esto no es volar".

Y cuando al amanecer, Zorro le susurra por tercera vez, ella susurra de vuelta:

-Estoy lista.

Mientras Perro duerme, Urraca y Zorro atraviesan los árboles de coolibah como centellas, rasgan las altas hierbas, saltan sobre las inmensas rocas.

Zorro corre tan rápido que sus patas apenas tocan el suelo y Urraca grita dichosa:

-¡ Por fín estoy volando! ¡ Volando de verdad!.

Zorro se lanza como flecha por el monte, por llanuras polvorientas, por salinas, hasta que alcanza el ardiente desierto rojo.

Se detiene; jadea apenas.

Entre ellos hay silencio. No se mueven. No hablan.

Entonces Zorro sacude a Urraca de su lomo, como si fuera una pulga, y se aleja sigiloso.

Se vuelve, y mirando a Urraca, dice:

-Ahora tú y Perro sabrán lo que es estar verdaderamente solo.

Y desaparece.

En la quietud, Urraca escucha un aullido lejano.

No sabe si es un aullido de triunfo o de desesperación.

Urraca se acurruca; es apenas un puñado de plumas a la deriva en el calor.

Siente como se consume en la nada.

Sería tan fácil dejarse morir aquí en el desierto.

pero luego piensa en Perro que despertará muy pronto y descubrirá que ella se ha ido.

lentamente, brinca brincando, comienza su largo viaje de retorno.